domingo, 10 de marzo de 2013

CURANDEROS MODERNOS


Hace unos dias, supe que unas señoras habian estado visitando a un curandero, que tras el aporte de "la voluntad" (eufemismo con el que camuflan una consulta  de especialista, sin pagarle a Hacienda) fueron "recetadas generosamente".
Lo curioso es que lo recetado fué además vendido en su misma "consulta" ( por llamar de algún modo al garito en el que las atendió).
O sea, le hacen la competencia a los profesionales que sí`pasan consulta, pagando sus impuestos, y además le hacen la competencia desleal a las tiendas y herbolarios que legalmente ejercen su trabajo.
Lo gracioso es que el curandero que nos ocupa extendió dos recetas con letra de niño de parvulario, con faltas de ortografía... y supuestamente para "curar" vértigos , y otros problemas circulatorios.
En todas las profesiones hay "listos" pero estos que juegan a salvar vidas son doblemente peligrosos, porque juegan con la salud.
Aquí también encontramos otros culpables: algunos comerciales de empresas poco conocidas son los suministradores de productos para estos listos, ya que los artículos que suelen recetar y vender en su domicilio, no son fáciles de encontrar en distribuidoras.
¡¡ Que tiempos aquellos de antiguos curanderos !!
Recuerdo uno , entrañable y bueno, llamado Jerónimo, que conocía todas y cada una de las hierbas .Trabajaba en el campo Le podías preguntar por cualquier planta, seca o fresca. Tenía una memoria excepcional y sabía más que cualquiera del uso terapeútico de todas ellas. Esté donde esté Dios le bendiga, porque era un hombre bueno que ayudó a mucha gente.
Pero en los últimos veinte años han proliferado los "espabilaos".
 Como aquella farsante de un pueblo de Córdoba que vendía roscos fritos con supuestas propiedades curativas por el sólo hecho de haberlos frito ella.
O aquella , que recetaba y vendía organoterapia (para lo que había que tener estudios superiores de homeopatía) cuando era totalmente analfabeta.
O aquella otra que se hacía acompañar por un sujeto vestido de fraile, que rebuscaba al azar en una caja de cartón, la caja de cápsulas que luego se le vendía al enfermo
Lo curioso es  que estas  sujetas se hicieron ricas a costa de inocentes y confiados enfermos.
Cuidese.

1 comentario:

leonidasarjona dijo...

Por desgracia el intrusismo está demasiado presente en esta sociedad, y particularmente en el mundo de la salud (como se comenta en el post), donde el daño puede ser mucho mayor.

La responsabilidad quizás también es del usuario, que debería ser más exigente en materia legal y formativa; y posiblemente no estaría de más un cuerpo de inspección operativo y funcional.