Los órganos humanos y de animales se han usado desde la antiguedad, con fines terapeúticos.
Desde el canivalismo que hacía al guerrrero más fuerte si se comía el corazón de su enemigo, hasta lo que se hacía en la antigua China, en que se ...recetaban.
A esta terapia de órganos se le llamó OPOTERAPIA, en 1904, a partir de las investigaciones de Claude Bernard, Sequard, Bayliss y Starling.
Más tarde, se administraba el órgano diluido y dinamizado basándose en el principio de Hering, que enunció: "iguales curan iguales".
Todos estos doctores participaban también de las enseñanzas homeopáticas en las que se postula que "lo semejante, cura lo semejante".
En base a estos principios, se utilizó hígado de cerdo para curar trastornos hepáticos o testículos de carnero para curar la impotencia sexual.
Los tiempos cambian y no se le da a nadie a comer un trozo de cerebro para hacerlo más inteligente, por supuesto.
Es de agradecer que en los albores de la medicina muchos hombres emplearon su vida en hacernos la nuestra más agradable.
En esta era de trasplantes los donantes siguen siendo menos que los receptores y muchos pueden quedarse en el camino sin recibir un órgano compatible.
Por eso nos alegramos de que los científicos sean capaces de utilizar con ética las células madre.
Es bueno que seamos civilizados... Total, para otras cosas seguimos siendo bastante primitivos.
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