Podria decirse que le debemos la salud a un espárrago.
Un discípulo de Pasteur, llamado Raulin y las investigaciones de Gabriel Beltrand en 1892, pusieron en evidencia la importancia que tenian ciertos metales y metaloides que se encuentran en los organismos vivos en cantidades pequeñísimas.
Antes lo habian experimentado con un cultivo de espárragos en los que notaron que crecían más fuertes si le añadían levadura y tartrato de amonio, al agua de riego.
Partiendo de estas investigaciones, Menetrier verifica clinicamente que añadiendo a la dieta cantidades muy pequeñas de algunos elementos químicos, mejoraba la salud.
Empezó entonces el uso de los OLIGOELEMENTOS (de oligo, poco).
La observación minuciosa de las reacciones que los pacientes tenían, le permitió clasificar a los en enfermos según su resistencia en cuatro DIATESIS:
ARTRÍTICA
HIPOSTÉNICA
DISTÓNICA
Y ANÉRGICA
La primera diátesis corregía sus disfunciones con MANGANESO
La segunda, con MANGANESO-COBRE
La tercera, con MANGANESO-COBALTO
Y la cuarta con COBRE-ORO-PLATA
Pero no se me líen.
Estos elementos coincidían con una etapa de la vida, con unas enfermedades, con unas condiciones hereditarias...
Ya hablaremos de ello en otro día.
Por hoy solo recordar que la oligoterapia está muy extendida en todo el mundo.
El uso de pequeñas cantidades de metales en la dieta puede hacernos recuperar la salud.
Las reacciones del sujeto enfermo son siempre positivas y no entrañan ningún riesgo para el paciente.
Millones de personas en el mundo se benefician del uso de los oligoelementos.
Y todo, gracias a ....un espárrago.
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