domingo, 7 de diciembre de 2008

JARABE DE RÁBANOS

La naturaleza parece haberlo previsto todo.
Para cada problema de salud, siempre hay un remedio vegetal o mineral con qué solucionarlo.

Y en cada época del año, nos ofrece varios alimentos que ayudan a superar las patologías
" propias " de cada estación.

Porque no es casualidad que sea en verano, cuando más agua tiene las frutas (melón, sandía...) ya que es precisamente el calor lo que hace que necesitemos más hidratación.

Ni tampoco es casualidad, que las castañas, muy calóricas se consuman cuando llega el invierno que es precisamente cuando más necesitamos "calentarnos" y que al poderse comer crudas y ser pequeñas, suponen un alimento fácil de transportar y completo, para llevar en los zurrones de cazadores y hombres de campo.

Pero entre todos los alimentos que se dan en tiempo frío, yo prefiero los rábanos.

Los rábanos son ligeramente picantes , blancos y frescos, lo que según la Medicina Tradicional China, los hace idóneos para dispersar mucosidad en Pulmón y tonificar el intestino.

Los rábanos se comen crudos y solían acompañar en la mano izquierda, a los platos de cuchara que se comen en invierno.

Ahora, se sirven en las ensaladas y como adorno, despreciando todo su saludable potencial como antibiótico, y se arrinconan en los platos de los incultos y de los "inagricultos" ( es decir los que no tienen ni idea de agricultura ).

Ea, pues a partir de lo que yo les cuente ahora... a comer rábanos.

Mejoran la función de la vesícula, lo que hará más digestible cualquier comida.
Pero lo que hace que yo "adore" los rábanos es algo que aprendí hace mucho tiempo : EL JARABE DE RÁBANOS.
No me ponga esa cara y tome nota.
Lave los rábanos raspándolos bajo el grifo, sin pelarlos.
Córtelos en trozos pequeños. Póngalos en una cazuela sin agua a fuego muy bajo.
Eche sobre ellos azúcar moreno ( el mismo peso que de rábanos). Deje que se vaya cociendo lentamente, removiendo de vez en cuando y añadiendo pequeñas cantidades de agua, si lo necesita, aunque se sorprenderá del agua que ellos sueltan.
Cuando estén blanditos, cuele el líquido y guárdelo en una botellita. Tendrá un jarabe para la tos de lo más eficaz. También puede comerse los rabanitos dulces a cucharaditas pequeñas, en caso de resfriado o por el simple placer de probar algo original que además como postre nos ayudará a tener una buenísima digestión.